En este proceso de descarbonización, la Unión Europea y las diferentes administraciones públicas han puesto el foco en el tránsito a la movilidad sostenible que, acompañada de la digitalización e innovación deberá ser conectada, apoyada en el Internet of Things (IoT), el Big Data o el 5G. De este auge de conectividad no rehúye el vehículo eléctrico para flotas, que también dispone de un amplio catálogo de soluciones de conectividad aplicadas a estos vehículos.
Además de los incentivos a la compra del vehículo eléctrico para flotas, existe la posibilidad de reducir gastos operativos en base a ventajas fiscales, puesto que según las emisiones de CO₂ y la eficiencia de los vehículos fabricados, las empresas contarán con incentivos fiscales que afectarán positivamente a los impuestos de matriculación -exentos del protocolo de ensayos WLTP de la Unión Europea-, circulación por la exención de los Ayuntamientos y, quizás, el IVA (si el sector eléctrico logra su demanda de una rebaja al 4% para sus vehículos).
Asimismo, dentro de la solución que aporta el vehículo eléctrico para flotas corporativas, se añaden una serie de ventajas estratégicas en cuanto a la eficiencia energética, reducción de emisiones y otros beneficios de índole tecnológico, de ahorro económico e industrial.