Una muestra más de la necesidad de agentes que apoyen la transición a la movilidad eléctrica se ha puesto de manifiesto con la Estrategia de Movilidad sostenible, segura y conectada presentada por el Gobierno, que destinará 13.200 millones de euros en los próximos tres años para el impulso de la misma, procediendo esa cantidad de los fondos europeos ‘Next Generation EU’.
Una inversión centrada en “todo lo que tiene que ver con la transición hacia el vehículo eléctrico”, tal y como avanzó el presidente Pedro Sánchez en una intervención pública reciente. Esta estrategia comunitaria no hace sino reforzar otras como el Plan Moves III, que se mantendrá hasta el 2023 toda vez que ya ha entrado en vigor con un presupuesto inicial de 400 millones de euros.
Las motos eléctricas, solución ideal para la movilidad sostenible en ciudades.
Encontrar la alternativa para una movilidad sostenible en ciudades pasa indiscutiblemente por la confianza y apuesta del vehículo eléctrico. Concretamente, las motos eléctricas han ido ganando adeptos con el paso de los años, tanto a nivel particular como de gestión de flotas en las empresas, ya que son muchas sus ventajas y han comenzado a extenderse por las ciudades, al igual que las bicicletas eléctricas o el patinete eléctrico.
Entre sus diversas funcionalidades, y ateniéndonos a la normativa implantada por las ciudades hacia una mayor sostenibilidad y a combatir la contaminación atmosférica, el uso del vehículo eléctrico tiene su repercusión en el reparto de mercancías de última milla, el carsharing, el incremento de infraestructuras de recarga eléctrica, la regulación con criterios ambientales del
aparcamiento de los vehículos privados con acceso a las ZBE, además de suponer un complemento del transporte público y la movilidad activa basada en peatonalización de calles, el uso de la bicicleta, etc.
En lo que a las motos eléctricas respecta, la movilidad inteligente sostenible basada en el empleo del Internet of Thigs (IoT) y la monitorización constante son aspectos que conllevan a entender aún más su uso en las ciudades, al margen de otros beneficios intrínsecos a la motocicleta eléctrica, como, por ejemplo: