El servicio carsharing cuenta con una lista de practicidades que próximamente serán el comodín de una lista de restricciones. Según la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, antes del 2023 se establecerán, por ejemplo, Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). 149 municipios españoles de más de 50.000 habitantes deberán cumplirlo, lo que representa el 53% de la población española. Dado que las flotas de vehículos de “carsharing” son eléctricos o híbridos enchufables, tendrán acceso a estás zonas de Bajas Emisiones.
Asimismo, en 2040 estará prohibida la venta de vehículos de combustión interna, propulsados por combustibles fósiles como la gasolina o diésel en España y en 2050 quedará prohibida la circulación de estos vehículos por el país. Además, los vehículos de carsharing se podrán dejar aparcados en el lugar de destino o bien en zona azul sin pagar, por lo que los vehículos eléctricos compartidos serán una demandada opción junto con el transporte público y patinetes/ bicis.
Aunque en cada país, en cada ciudad, hay un patrón distinto de movilidad compartida debido, sobre todo, a las diferentes regulaciones de cada Ayuntamiento, mientras que en Londres la protagonista es la bici y en Estocolmo, el patinete, en ciudades como Madrid o Barcelona, triunfa la moto compartida.
Los jóvenes urbanos son los principales usuarios de la movilidad compartida. Su mayor compromiso con el medio ambiente y sus limitaciones económicas, explican el auge de la economía colaborativa. Antes lo normal es querer llegar a los 18 para sacarse el carnet y tener coche, pero ahora pueden contratar un coche solo para el tiempo que necesiten. En la última década, el número de jóvenes entre 18 y 25 años que se han sacado el permiso de conducir ha bajado más de un 40%, según la DGT.
Los jóvenes aprovechan las nuevas tecnologías para prestar, comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios en función de necesidades específicas. Y es que la contratación de estos servicios de movilidad compartida se hace a través de cómodas aplicaciones móviles donde las personas solo tendrán que registrar sus datos y su licencia de conducir. Aunque normalmente estos servicios cubren solo la movilidad dentro de una gran ciudad, algunas compañías ya permiten desplazarse entre ciudades para viajar, por ejemplo, los fines de semana y el pago corresponde a km o tiempo recorridos.
Visto esto, las nuevas tecnologías serán fundamentales para consolidar la movilidad compartida en las grandes ciudades, ya que desde una app multimodal nos ofrecen varios tipos de vehículos compartidos: bici, coche, moto…y gracias a la inteligencia artificial (IA) o el internet de las cosas, se puede monitorear el estado de las baterías del vehículo o localizarlo vía GPS y dejarlo estacionado para volver a ser compartido.